La importancia de reciclar en Navidad
Reciclar es un hábito que deberíamos practicar todos, especialmente en estas fechas. Los residuos de envases y embalajes aumentan de manera significativa durante las fiestas navideñas hasta suponer el 40% de su volumen anual en determinados casos.
Por eso es tan importante separarlos en el hogar para depositarlos después en el interior de su contenedor correspondiente, nunca amontonados a su alrededor.
De ese modo, y tras ser conducidos a las plantas de selección, los diferentes residuos quedan a disposición de la industria del reciclaje para convertirlos en nuevos productos, sin necesidad de acudir de nuevo a la naturaleza para obtener las materias primas con las que fueron elaborados.
Algo que resulta especialmente importante en el caso de las cajas de cartón.
En la obtención de una tonelada de cartón y papel reciclado se ahorran 140 litros de petróleo. Durante el proceso industrial se reduce en un 85% el consumo de agua y en un 65% el consumo de energía.
Se evita un 73% de la contaminación atmosférica y un 92% de la contaminación de las aguas. Asimismo, con cada tonelada de cartón que se logra reciclar gracias a la colaboración ciudadana evitamos la tala de cuatro árboles maduros.
Una acción que, en el caso del contenedor azul, podemos llevar a cabo de manera mucho más eficiente doblando y prensando las cajas de cartón de todo tipo y tamaño antes de introducirlas en su interior.
De ese modo optimizaremos la carga y como el camión irá más lleno de material recuperable contribuiremos a reducir las emisiones asociadas a su reciclado.
El papel de envolver va a ese mismo contenedor, como las tarjetas de felicitación una vez pasadas las fiestas. Sin embargo las cintas, las guirnaldas y los lazos de regalo no se reciclan, por lo que deben ser depositados en el contenedor general, también llamado de rechazo o de la fracción resto.
Lo mismo ocurre con todos los envases y embalajes navideños de plástico: desde las latas de todo tipo (incluidas las de barquillos o la del panetone) hasta los celofanes y los blísteres de plástico de los objetos de material electrónico, juguetes o perfumes, entre otros artículos.
Respecto a los moldes de porexpan (el mal llamado corcho blanco) que protegen el producto en el interior de la caja o las virutas que aparecen como relleno, también se pueden reciclar.
Para ello se deben depositar en el interior del contenedor amarillo, desde donde irán a parar a las plantas de transformado donde se conseguirá transformar en granza para múltiples y diferentes aplicaciones industriales.
Y para acabar recordemos que por cada tres botellas de vidrio que echamos en el iglú verde ahorramos más de un kilo de materia prima (arena, carbonato sódico y caliza) y evitamos el impacto ambiental que supone abrir una cantera para obtenerla, generalmente en el lecho de los ríos.
Además, con el gasto de energía que evitamos al reciclar el vidrio de esas tres botellas podríamos mantener encendida una bombilla de bajo consumo durante casi diez días, evitando la emisión de un kilo de CO2 a la atmósfera.
Artículo fuente: https://www.elplural.com/opinion/la-importancia-de-reciclar-en-navidad_97855102